Como es sabido, la textil no es una industria sencilla. En el mundo, este sector tiene dos liderazgos fuertes: uno en precios, donde está China y otros jugadores asiáticos; y otro en calidad, en el que se destaca Europa (especialmente Italia y Francia). En América del Sur, Brasil y Colombia -que tienen producciones textiles importantes- demostraron que, cuando hay voluntad empresaria, buen ambiente de negocios y acompañamiento gubernamental se puede competir. Por eso, además de enfrentar la "pesadilla" asiática, las compañías argentinas deberán enfrentarse con textiles brasileñas y colombianas. Y en eso están.
"Una de las empresas de Ecuador que participó de la ronda está muy cerca de cerrar la compra de una línea de trajes de baño. Hasta ahora, ellos compraban en Colombia, pero ahora tienen una demanda insatisfecha: chicas de entre 28 y 30 años que buscan mallas enteras y quieren otro tipo de modelos, diseños y estampados", contó Pacheco. Es que la Argentina está ahora ante un escenario muy favorable. Buenos precios y diseños de calidad son las principales ventajas competitivas de la ropa interior que produce nuestro país.
Pero la carta de presentación también incluye otros atractivos. Entre ellos, la disponibilidad de fibras naturales exclusivas; hilanderías de algodón que cumplen con estándares internacionales; inversión en maquinaria y tecnología; mano de obra calificada con alto contenido artesanal; nuevas carreras universitarias y terciarias relacionadas con la industria; diversidad de tejidos para productos diferenciados; alta capacidad creativa; diseñadores reconocidos internacionalmente, y la apertura de franquicias en Europa, Estados Unidos y Asia.
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